lunes, 4 de abril de 2016

Nuestros malos hábitos no solo afectan nuestro organismo sino el de nuestra progenie




Desde hace mucho tiempo sabemos que muy aparte de nuestra condición genética, trasladada de nuestros padres y antepasados, no es el único indicador para que generemos alguna enfermedad como por ejemplo la diabetes, la hipertensión arterial, el cáncer, etc. Sino que también depende y mucho de nuestro contacto externo con el medio dónde vivimos, día a día, como por ejemplo por la comida que comemos, las sustancias nocivas que consumimos (cigarrillo, alcohol, etc.), el lugar donde vivimos y trabajamos con posibles contaminantes (sustancias nocivas, etc.). De manera que no todos los que tienen una condición genética para una determinada enfermedad la terminen teniendo sino en algunas ocasiones en particular en el que nuestro medio y nuestra relación con tal medio determina unos factores condicionantes a nivel epigenético para que termine afectando a nuestro organismo.
Ahora bien, es interesante pensar que, como hemos hablado en algún artículo previo, actualmente cobra importancia una serie de medios en nuestro organismo que implican ese contacto con factores del medio externo, como el caso del microbioma intestinal, que hasta hace poco no nos daba ninguna importancia, y que ahora muchos científicos y médicos por todo el mundo estudian y reconocen como fundamental para la expresión final de muchas enfermedades metabólicas, inmunes, endocrinológicas, neurológicas, etc.
Y más aún suena importante el reciente estudio de un grupo de investigadores alemanes del “Helmholtz Zentrum München”, quienes han publicado en la prestigiosa revista científica Nature Genetics, el hecho de que el consumo de una dieta rica en grasas no solo predisponga a obesidad y distintos trastornos en la persona sino que afectaría a mayor predisposición a ello a sus hijos, esto durante la gestación. Es decir, un condicionante externo donde, por ejemplo si los padres de una persona tienen un mal hábito alimenticio con dieta alta en grasas durante la época que gestan a un nuevo ser, a nivel epigenético habría una expresión a nivel de la cromatina, por ejemplo a nivel de las células germinales (espermatozoide y óvulo) que pasaría a la información genética del embrión del nuevo ser a crecer pudiendo ser afectados desde la infancia con este tipo de predisposición a ser obesos o presentar intolerancia al azúcar entre otras patologías. Así lo demostraron en un experimento con modelos animales (ratas) donde dieron alimentos rico en grasas comparado con otro grupo con dieta normal por 6 semanas previo a la implantación de sus espermatozoides y óvulos en otras ratas para llevar a cabo los estudios en los productos con las tendencias referidas.




Esto no solo sería una hipótesis más para explicar el aumento de diabetes y obesidad en la población desde la década de los 60 debido a una mala cultura dietética en casi todo el mundo, sino que además sustentaría una de las hipótesis más antigua de Lamarck y Darwin sobre el hecho de que los padres podría trasladar a los hijos rasgos adquiridos por el contacto con el medio ambiente.
Esto sin duda abre la puerta nuevamente a una nueva área de amplia investigación de cómo la epigenética de modo reverso influiría sobre la genética y por otro lado sobre las condiciones como tal que podría pasar durante la época de gestación de madre a hijos.

De tener mayor interés en el artículo en cuestión, les alcanzamos el nexo:


En J&B LAB SAC contamos con la posibilidad de ofrecerles todo el material necesario para estudios a nivel científico, que pueden observar en el siguiente enlace:

 
Por último recordarles que ahora pueden estar al tanto de nuestras noticias siguiéndonos en Facebook o en Twitter, ingresando al link correspondiente desde nuestra página principal de la empresa.