Recientemente todos fuimos conscientes de la
preocupación constante del mundo médico en cuanto a la resistencia que pueden
tener las infecciones bacterianas a distintos antibióticos y la posibilidad de
una nueva era en que quizá no tengamos antibióticos con qué combatir a
patógenos que conviven con nosotros, incluso se encuentran mucho antes que
nosotros, en nuestro planeta.
Este miedo, el cual podemos decir que está presente
en los últimos tiempos, apareció a partir de la divulgación a través de los
medios de prensa de todo el mundo del reciente hallazgo de una cepa bacteriana
de E. coli (patógeno acostumbrado a generar infecciones de tracto urinario en
los seres humanos) que infectó a una mujer en el estado de Pennsylvania en
Estados Unidos, el cuál demostró distintos grados de resistencia a antibióticos
típicos y poco comunes de uso médico, particularmente la resistencia MRSN
388634.
Pero, ¿qué significa realmente esto de la
resistencia antibiótica? Las bacterias como seres vivos que son, buscan
adaptarse a su medio ambiente, no con otra idea sino que la de sobrevivir. Esto
nos parece conocido ¿verdad?, y bajo ese criterio, su mecanismo celular permite
elaborar, a través de su ADN, el cual
puede pasar de generación a generación en su reproducción, de la elaboración de
proteínas proteolíticas, conocidas como enzimas. Algunas de estas enzimas
particular son trabajadas en su complejo organismo para destruir los
antibióticos que intentan combatir, al momento que el ser humano, que se
encuentra infectado, toma dicha medicación y/o ingresamos en su torrente
sanguíneo para alcanzar a dichos patógenos. La resistencia más conocida es la
que va en contra de la penicilina, las conocidas enzimas beta lactamasas. De
ahí que muchas veces el médico nos diga, por ejemplo, que la bacteria que
tenemos es resistente a penicilina por lo que tiene que pensar en otro grupo de
antibióticos. Pero estos patógenos siguen adaptándose al medio y, digamos, a
los antibióticos que les damos con ganas de exterminarlos. Así aparecen otras
enzimas ganadas con el tiempo, que combaten otros grupos de antibióticos, y
entonces nos sonarán las enzimas hidrolizadoras de cefotaxima (CTX-M), o al
grupo de los carbapenem (antibióticos más avanzados) como la enzima
metalo-beta-lactamasa (NDM1 o CRE), entre otros.
La realidad de dicha aterradora noticia, surgió por
el hecho de un reciente estudio en China donde se conoció otro mecanismo de
defensa bacteriana en este caso al grupo antibiótico conocido como colistina
(MRSN 388634), en realidad un antibiótico más antiguo pero poco usado por sus
efectos secundarios sobretodo renales. De manera que en aquella mujer
norteamericana se estudió en la placa peyer del E. coli en cuestión esa resistencia,
no conocida aún en Estados Unidos, y dio positivo, lo cual era aterrador,
porque en caso que fuera resistente a todos los otros grupos antibióticos y
además a esta posible útil colistina, menos común de resistencia por su poco
uso en el mundo médico actual (puesto que ahora pues los hay más nuevos y
mejores), pues significaba la era de una nueva bacteria resistente a todo. Por
suerte esta cepa de E. coli era sensible aún a los carbapenem.
Pero, aún así, consideramos que esta noticia no deja
de ser interesante, por el hecho de que tanto como el mundo médico es
consciente, también la sociedad debemos reconocer que las bacterias que nos
atacan a diario, van adaptándose cada vez mejor al medio con el fin de
sobrevivir, y por tanto de no tomar, la sociedad, debido respeto e
inteligencia, así como educación en el correcto uso de antibióticos, podría
provocar que aquél temor, de la bacteria resistente a todo, que pueda acabar
con nuestras vidas, pueda ser, en algún futuro no muy lejano, una realidad.
Por otro lado aporta importancia en el hecho que
ahora más que nunca es importante siempre este tipo de estudio cuando un
paciente llega con una infección, a nivel hospitalario para conocer con un
simple estudio de antibiograma la resistencia que cada bacteria puede tener y
de manera protocolizada con los médicos ver el adecuado orden de medicamentos
antibióticos para combatirlos. Y por otro lado para el mundo científico, seguir
estudiando, la apasionante capacidad con que muchas bacterias van generando, a
través de distintos mecanismos celulares, resistencias a las medicinas con las
que queremos combatirlas a diario.
Sin duda una noticia interesante, que nos hace
recapacitar y por otro lado, a aquellos que estén en el campo de la
microbiología tener mayor pasión por el trabajo a diario que realizan.
En J&B LAB SAC contamos
con la posibilidad de ofrecerles todo el material necesario para estudios a
nivel científico, que pueden observar en el siguiente enlace:
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