Por
cultura social y experiencias propias sabemos de la relación que existe entre
el reconocimiento sensorial de distintos olores de objetos, ambientes, etc. y
su invocación a la función superior de la memoria. Quizá ninguno de los otros 4
sentidos puede tener tanta fuerza para rápidamente llevarnos, en la abstracción
absoluta, a paisajes y recuerdos vividos ya sean positivos o negativos
emocionalmente. Y esto, como es sabido, ocurre por el nexo anatómico y
funcional que tiene el sentido del olfato y su primer par craneal nervioso
(reconocido como nervio olfatorio), a través del tracto del mismo nombre, con
la corteza entorrinal y temporal, conectando a su vez con reconocidos centros
del sistema límbico, como son la amígdala (centro de las emociones) y el
hipocampo (centro de la memoria) para conformar posteriormente, el antiguamente
conocido, circuito de Papez, para la elaboración de la memoria.
El
test del olor es por tanto una herramienta que desde la época de la medicina
clásica, todos los semiólogos puros utilizaban como test para relacionar tal
dificultad o ausencia de reconocimiento de olores con la posibilidad de
enfermedades del sistema nervioso como los trastornos neurodegenerativos, en
particular la conocida enfermedad de Alzheimer, el tipo de demencia más común a
la fecha y que arraiga una importante carga social y de salud en todas las
poblaciones del mundo. Enfermedad que a la fecha no tiene cura, sino avances
para paliar de mejor manera los síntomas negativos que conlleva.
Sin
embargo, al recabar información, nos damos cuenta, incluso en las mismas
consultas de los especialistas en Neurología, que es poco común realizar los
conocidos test del olfato. Si es más común, por otro lado, realizar test de
audición o visión. A lo mucho, aquél interesado, suele preguntar dentro de las
largas anamnesis, si la persona presenta algún defecto en la olfación, entre
tantas preguntas como si relaciona caras de personas conocidas con sus nombre,
si sigue el hilo de una conversación, si se desorienta para llegar a casa,
entre otras cosas. Y es que a la fecha de hoy no existe un test sensible y
específico y además universal para poder realizar más estudios de olor que
permitan relacionar dichos test con las enfermedades referidas.
De
tal modo, es de interés el reciente artículo publicado en la revista “Proceedings
of the National Academy of Sciences of the United States of America” mencionado
“SMELL-S and SMELL-R: Olfactory test not influenced by odor-specific
insensitivity or prior olfactory experience”, escrito por un grupo de investigadores
de la Universidad de Rockefeller de New York, dirigido por el Dr. Julien Hsieh.
En éste estudio se determina una herramienta para el test del olor que ha
demostrado una gran capacidad de resolución y de replicación universal, sin
tener el problema de no identificación del elemento, en vez de reconocimiento o
no del olor como tal. Por ejemplo, el olor de una flor típica de nuestra zona,
puede ser fácil de reconocer para pobladores de la zona y darle nombre. Pero si
el mismo test de la flor la aplicamos en otro territorio del mundo, donde no
existe ese tipo de flor, o incluso en algún territorio donde la persona nunca haya
tenido acceso a las flores, pues no será que no reconoce el olor como tal (a
nivel de percepción cerebral), sino que le costaría relacionar y por tanto dar
un nombre (en el momento del test) a tal recepción sensorial (olor) dado. Es
sin duda un gran avance y permitiría, una vez utilizado por el resto de
científicos, utilizar la herramienta para más estudios en relación a distintas
patologías, como se ha mencionado anteriormente las neurodegenerativas.
Comparado con algunos test más avanzados para diagnóstico precoz como pueden
ser los estudios de tomografía retineana, reconocimiento por imagen de RM
funcional de acúmulos de material amiloide cerebrales, estudio de compuestos
moleculares específicos en líquido cefalo-raquídeo por punción lumbar, o en
plasma por venopunsión, sería sin duda una herramienta más económicamente
accesible para conseguir ampliar el material médico y científico en búsqueda de
herramientas avanzadas para diagnóstico y terapia de dichas enfermedades.
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