domingo, 11 de noviembre de 2018

¿Sería nuestro apéndice intestinal el foco de inicio de la Enfermedad de Parkinson?.



Como ya tenemos acostumbrados a nuestros lectores, el nuevo mundo a explorar del microbioma intestinal humano no deja de darnos nuevos asombros científicos y puertas de investigación en cada área de las ciencias de la salud.

En esta oportunidad nos gustaría darles a conocer un reciente estudio, publicado en la revista científica “Science Transalational Medicine” (de acceso gratuito), donde refieren un avance epidemiológico interesante más en cuanto a la etiología de la Enfermedad de Parkinson.

Como bien sabemos, la Enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo de evolución lenta y progresiva. Luego de la Enfermedad de Alzheimer, es la segunda enfermedad neurológica, de este orden, más prevalente. En general se puede decir que es una enfermedad que atañe no solo manifestaciones motoras, como los conocidos temblores pasivos, enlentecimiento y deterioro funcional, debido a la pérdida de producción de dopamina en un centro del tronco encefálico, sino también de síntomas no motores, poco menos conocidos, y que suelen presentarse algunos, como los síntomas digestivos (como el estreñimiento propio de esta enfermedad), hasta 20 años antes de la expresión motora de la enfermedad. Es conocida como una sinucleopatía, al evidenciarse la presencia de acúmulos de moléculas alfa sinucleina, formando complejos llamados cuerpos de Lewy, en el interior de las neuronas afectadas.

Ya desde hace varios años, se ha evidenciado que los complejos de alfa sinucleina patológicos podían encontrarse en el mismo tracto digestivo y que a través de un proceso de transmisión retrograda del nervio vago (par craneal que nace del tronco encefálico, y al salir de la base de cráneo recorre casi todo el cuerpo para cumplir con la inervación vegetativa parasimpática de control autonómico del cuerpo, en conjunto con el sistema simpático), a partir de sus conexiones con el sistema intestinal podría determinar su contaminación dentro del cerebro. De manera que algunas terapias previas buscaban la vagotomía (corte del nervio vago) para evitar, y así se demostró en algunos estudios, la posible afectación de enfermedad de Parkinson en el tiempo.

El artículo científico que les damos a conocer denota dos estudios llevados en los últimos tiempos tanto en Suecia como en Estados Unidos. En el primero se realiza un estudio prospectivo de seguimiento de más de 50 años en una población de hasta 1 millón y medio de personas para determinar características de la presentación de la enfermedad entre pacientes que se le había practicado apendicectomía y en los que no, demostrando una reducción de posibilidad de tener la enfermedad de hasta el 20% en los primeros. En el segundo estudio, llevado a cabo en Estados Unidos, se realizó un estudio retrospectivo determinando en una población con enfermedad de Parkinson, las características de presentación entre los que habían tenido apendicectomía en el pasado y los que no, demostrando que la edad de presentación de la enfermedad era más tardía en los pacientes que habían tenido tal procedimiento quirúrgico.

Con ello se denota que el apéndice, un vestigio del tracto intestinal, cumpliría un papel muy importante en la presentación de la enfermedad, sin ser, probablemente el único agente a tener en cuenta dentro de la complejidad de su presentación. No resulta extraño, reconociendo que en este órgano se concentra una gran cantidad de placas linfoides del complejo inmune en relación al tracto digestivo, y la nuestra ya conocida microbiota (en contacto con nuestro mundo externo, según lo que comemos), con nuestro sistema inmunológico y nervioso (a raíz de esa conexión previamente comentada con el nervio vago). Este órgano además presenta moléculas de alfa sinucleina, tanto en sujetos sanos, como en los enfermos de Parkinson, y aún no se conoce todo a detalle, pero sería posible que una respuesta inflamatoria a agentes externos, a partir de la función de la microbiota, en éste órgano (y quizá a través de otras puertas aún no conocidas) activaría un desorden de respuesta inmunitaria y una agregación equívoca de las moléculas que además derivarían a una reacción (con parte de los mecanismos comentados) a nivel del sistema nervioso central, engendrando la enfermedad. Incluso, detallando más acerca de la epidemiología de la enfermedad, en estas dos poblaciones estudiadas, se refiere igualmente la ya conocida mayor presentación de enfermedad en poblaciones urbanas que rurales (¿quizá por aquellos agentes tóxicos y alimentarios que influirían en el desorden del sistema intestinal y el microbioma relacionado?).

Como bien explican en el artículo, esto no significa que ahora nos dediquemos todos a realizar apendicectomías profilácticas a la población, pero si a dar mayor importancia y dedicación de estudios a cómo muchas de estas patologías neurológicas y otras no neurológicas (autoinmunes), tendrían una fuerte relación con un sistema no tomado en cuenta en su conjunto sino hasta los últimos años, como es el sistema digestivo y su contenido.

Para quienes tengan en interés en leer algo más acerca de ello, les alcanzamos el artículo recientemente publicado el pasado 31 de octubre:


Como siempre en J&B Lab SAC nos esforzamos por darles a ustedes la más moderna y cualificada oferta de equipación de laboratorios y productos para el trabajo diario siendo representante de empresas internacionales reconocidas. En este link pueden observar desde nuestra página web, los productos que ofrecemos:


No olviden agregarnos a su cuenta de Facebook o Twitter desde la página principal de J&B Lab SAC, de esta manera estarán siempre al tanto de noticias mensuales sobre actualización en el campo científico y nuevos productos que pueden ser de su interés.